En la vida hay cosas feas, tristes que nos hacen llorar (momentos feos, peleas, perdidas, de todo). Que hacen que caigan lágrimas de mal estar por nuestras mejillas. Pero si hay algo que aprendí con el tiempo, es que toda herida se cura. Que toda herida con el tiempo sana. Y que en la vida no solo hay llantos tristes, sino que hay lagrimas que son de felicidad, de emoción. La vida no se basa en cosas feas, la vida no es fea. La vida depende de cómo la vivimos, como elegimos vivirla. Si queremos estar mal lo logramos, pero si queremos mejorar con ayuda de esos amigos también lo logramos. Podemos tropezarnos, caernos, y lastimarnos; o simplemente que nos lastimen. Pero nada es suficiente para parar, o para decidir rendirse. Si hay algo que me di cuenta, es que nunca hay que bajar los brazos. Siempre hay que dar pelea hasta el fin, y demostrar que podemos. Demostrar lo que somos. Demostrar que somos lo suficientemente buenos y fuertes para esta vida. Esta que nos toca hoy vivir.