Hacele caso a tu corazón
Escuchando a tu propio corazón, empezarás a ir en la dirección correcta, sin tener que pensar en lo que está bien o está mal.
Síguelo adondequiera que te lleve. Sí, a veces te llevará a algún peligro, pero recuerda que esos peligros son necesarios para que madures. A veces te confundirá, pero esas confusiones son parte del crecimiento. 
Caerás muchas veces; vuelve a levantarte, porque cayéndote y levantándote es como vuelves a recobrar fuerzas. 
Así es como uno se equilibra.


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